Cruz Roja, en colaboración con la compañía energética GALP, ha desarrollado en Tomelloso un taller de ahorro energético destinado a personas en situación de vulnerabilidad, con el objetivo de ayudarles a reducir su consumo doméstico de energía y, con ello, el coste de sus facturas. La actividad, que ha contado con 17 participantes, se enmarca dentro del convenio de colaboración suscrito entre ambas entidades para hacer frente a la pobreza energética en Castilla-La Mancha.
El taller ha sido impartido por personal voluntario del área de Medio Ambiente de Cruz Roja, previamente formado en materia energética. Durante la sesión, se ofreció a las familias información clave sobre la gestión eficiente de la factura eléctrica, así como consejos prácticos de eficiencia energética y consumo responsable. La finalidad es proporcionar herramientas y conocimientos que les permitan identificar oportunidades de ahorro en sus hogares, mejorar su comprensión sobre el contrato energético que tienen suscrito y optimizar su uso de recursos.
Uno de los puntos clave del taller ha sido explicar de forma sencilla los distintos conceptos que aparecen en las facturas de luz y gas, facilitando así su interpretación. Esta comprensión es fundamental para que las personas puedan valorar si su contrato actual se ajusta a sus necesidades reales. Además, se ha ofrecido información detallada sobre el bono social eléctrico, una ayuda estatal que permite reducir el importe de la factura de la luz, y se han explicado los requisitos y el procedimiento para solicitarlo.
El enfoque práctico del taller ha permitido a los asistentes familiarizarse con una serie de buenas prácticas para aplicar en el día a día: desde apagar los aparatos en stand-by, hasta aprovechar mejor la luz natural, pasando por el uso adecuado de electrodomésticos o la elección de tarifas más económicas según los hábitos de consumo.
Al finalizar la formación, Cruz Roja entregó a las personas participantes un kit de microeficiencia energética, compuesto por materiales útiles para reducir el consumo energético en el hogar: burletes para puertas y ventanas, bombillas de bajo consumo, dos regletas, un termómetro de ambiente y perlizadores para los grifos. Estos elementos permiten mejorar el aislamiento térmico, reducir la necesidad de iluminación artificial y ahorrar en el consumo de agua caliente, con un impacto directo en las facturas de energía y agua.
Esta acción no es la primera de su tipo en la región. El pasado mes de julio, se realizó un taller similar en la localidad de Manzanares, y está previsto que en los próximos meses se sigan desarrollando estas iniciativas en otros municipios. El convenio entre Cruz Roja y GALP contempla no solo la formación de las familias, sino también mejoras en sus viviendas, como pequeñas rehabilitaciones o reparaciones, dado que muchas de ellas viven en hogares con un equipamiento ineficiente o deteriorado.
El programa tiene como objetivo llegar a 100 familias en situación de vulnerabilidad energética, a las que también se les ofrece apoyo económico directo para hacer frente al pago de suministros básicos como la luz o el gas, cuando su situación económica les impide cubrirlos.
Desde Cruz Roja insisten en que este tipo de talleres y actuaciones son esenciales para mejorar la calidad de vida de las personas más afectadas por la pobreza energética, especialmente en un contexto de subida generalizada de precios y crisis climática. La formación, el acompañamiento y el acceso a recursos adaptados a las necesidades reales de las familias permiten avanzar hacia una mayor equidad social y una mejor gestión de la energía en los hogares.
Este tipo de iniciativas subraya la importancia de la colaboración entre entidades sociales y empresas privadas para reducir el impacto de la pobreza energética, una realidad que afecta a miles de hogares en nuestro país y que requiere respuestas conjuntas, prácticas y sostenibles.